Entran a la cancha y el estadio se cae. Los estuvimos esperando todo la previa mientras estábamos sentados viendo a la reserva. Son ellos, los que le ponen color al partido, a la hinchada, gracias a ellos fuimos ejemplo de incondicionalidad y perseverancia. Los barrabravas, pero con una connotación positiva.
Ningún hincha los tiene como ejemplo, sin embargo, en la cancha a cualquiera nos gustaría estar en el lugar de ellos, en el medio de la popular, subido a un parabalancha cantando por el club de nuestros amores. Son los capos mafia del club: no hay robos, no hay peleas, en definitiva, proveen seguridad. No se duda de un segundo de la fidelidad de ellos por el club…o mejor dicho, ¿se duda?
Pero el problema es fuera de la cancha, es ahí donde no son ejemplificadores de la ética.
De hecho, hacen todo lo posible para crear nuestros prejuicios hacía ellos. Los medios de comunicación hablan de que los barrabravas siempre van a “apretar” a los jugadores en los malos momentos o cuando no se obtienen buenos resultados. Pero, en realidad, no es eso lo que hacen, siempre están en el club para “manguear” algo de indumentaria o para cobrar la plata que la comisión directiva o los jugadores le dan.
Los más codiciosos quieren manejar todo lo negro del fútbol: reventas de entradas, cuidan los coches, los micros. Son las ambiciones las que generan las facciones dentro de “los guardianes de la cancha” y se genera una pelea entre ellos. El problema es cuando se lleva el enfrentamiento hasta el punto de disparar un arma.
¿Y los dirigentes? Ellos son cómplices de estos “hinchas”, ya que les pagan los viajes, les dan un dinero por mes e inclusive tienen una función política.
Casualmente el partido que jugó San Lorenzo vs Newell´s apareció una bandera que decía “Savino, Di Meglio, no nos olvidamos de ustedes”, en referencia al ex presidente y vicepresidente de la institución. Se prefirió colgar esa bandera antes de bajar “el trapo” característico de la a Butteler (nombre de la hinchada de San Lorenzo).
En Alemania hubo un puñado genuino de hinchas argentinos y aproximadamente 200 era de barras. El 2010, ya mucho más consolidado, apareció la bandera HUA. HUA: Hinchadas Unidas Argentinas. Una asociación formada en el kirnchernismo que está compuesta por los “capos” de los diferentes clubes de Argentina.
Ahí se vio que los políticos también están involucrados. ¿Son conscientes de los problemas que generan? Tal vez, lo crearon con el fin de prevenir la violencia en el fútbol. A cambio de eso les pagan los pasajes, los hoteles, les consiguen las entradas para todos los partidos y reciben algún dinero para ir al Mundial y otros campeonatos.
Asimismo, muchas veces los utilizan como guarda espaldas. En varias oportunidades hubo registro de políticos con barrabravas, e inclusive, uno de River declaró que responden a Guillermo Moreno. Todo un modelo de prevención.
Hace poco, más de 4 meses, el electo Presidente de Independiente, Héctor Cantero, fue designado por los hinchas para intentar sacar a las barrabravas de su club. Obviamente, para hacer eso se necesita apoyo de todos los clubes y de los políticos. Justamente, Cantero, presidente de los reyes de copas, tienen como jefe a “Bebote”, cuya otra jefatura es nada más y nada menos que HUA ¡Vaya objetivo!
Mientras tanto, todos los políticos y dirigentes apoyaron públicamente a su colega, pero en el seno privado ninguno quiere ayudarlo porque para todos la barra sigue siendo un negocio. Nuevamente, se prima el negocio personal que el bien ciudadano o del hincha.
Decidí buscar el significado de mercenario y encontré esto: persona que solamente trabaja para ganar dinero, generalmente haciendo cosas que no son legales. Y entendí muy bien que los barrasbravas son eso. Alientan por dinero, porque en el momento que se cobra por cantar se deja de ser hincha.
Pero el genuino lo sigue esperando sentado para que salga, y cuando llegan, se cae el estadio. Porque al fin y al cabo, terminamos alentando a la misma pasión.